1.- Amarás la alegría como un inmenso tesoro de Dios en el corazón de los hombres.
2.- Harás de ella flor de cada día que se prodiga con facilidad y la pondrás al servicio de los demás.
3.- No la esconderás en tu pecho. Harás de ella un don d entrega y de disponibilidad.
4.- No has de temer que tu alegría sea mal interpretada, pero nunca humilles al que no puede sonreír contigo.
5.- No la convertirás en espada para herir y matar a los débiles.
6.- Tu alegría no ha de servir para atraer la admiración de los hombres, sino para acercarlos a Dios.
7.- Nunca la pondrás como máscara para ocultar tus intenciones.
8.- Cuando no puedas alegrarte, no intentes disfrazar tu tristeza. Llorar también es humano.
9.- Evitarás la alegría que pueda adormecer tus grandes ideales. Esta no sería alegría.
10 Nunca envidiarás la alegría de los demás. La agradecerás a Dios como un don de tu hermano.
