Muchas veces nos preguntamos por qué nos ocurren las situaciones
y esperamos pronta respuesta y la verdad es Dios quién la sabe.
Hay un árbol al que yo conozco por sus frutos llamados pitangas.
Cuando empieza a salir son verdes y segun van madurando
cambian de colores amarillo, naranja, rojo y morado.
Solo en su justa maduración es cuando están sabrosas
y al madurar del todo, morado ya oscuro, cae.
Y si lo hace en un buen lugar escogido sale la planta.
¿Te imaginas, o si ya lo conoces, ese árbol lleno de frutos
de diversos colores? Qué hermosura y preciosidad.
Pues realmente es como creo. Yo la voluntad de Dios.
Cada uno está en su momento preciso
ahí en cada momento de su vida tiene su razón,
su color y llegado el día de la respuesta, llegue o no,
tendrá su propósito. Cada uno diferente, pero iguales.
Estamos todos en ese árbol maravilloso y
daremos nuestros frutos y por ellos se nos conocerá.
¡Que la voluntad de Dios se
manifieste a través de nosotros!
Ivonne Rodríguez
